El Corpus, de Alicante
El “Cuerpo de Cristo”, Corpus Christi en Latín, es la fiesta, la celebración y conmemoración del cuerpo y la sangre de Cristo; de la presencia de Jesús en la Eucaristía, con la única finalidad de rendirle culto público y adoración solemne.
Centrándonos en nuestra ciudad, las fechas que se manejan como las más antiguas de la festividad del Corpus, giran en torno a mediados del siglo XIV. Una fiesta que llegó a ser la más importante de la ciudad entre los siglos XVII y XVIII, hasta su prohibición en 1780, y que duraban desde el día anterior al Jueves de Corpus, hasta el siguiente jueves. En total 8 días de celebración, de la también llamada Octava, en la que los alicantinos bailábamos una suerte de danzas felizmente recuperadas. Se organizaban dos procesiones: la propia del Jueves de Corpus desde San Nicolás, y la de Santa María el siguiente domingo. Ambas procesiones se celebraban por la tarde, gracias a un privilegio concedido por el Papa, participando los distintos gremios de la ciudad, algunos, con sus respectivos patronos o santos llevados en andas, como el San Antonio que, sobre un paso en forma de barco, procesionó en Alicante en el Corpus de 1869. Una tradición esta, que se perderá al entrar el siglo XX.
La procesión, la más importante de la ciudad, la abría una fanfarria de timbales y clarines con el llamado “toque de ciudad” datado en 1492, utilizado también en la Procesión del Santo Entierro, y que sería recuperado en el año 2010. Una convocatoria musical con la misión de anunciar a la ciudad el paso de la procesión. Seguían las asociaciones, corporaciones y entidades religiosas, civiles y militares, y las parroquias de la ciudad con cruz alzada, al tiempo que se iban bailando, al son de la Dolçaina i tabalet, unas características danzas llamadas, entre otras, del Paloteado, Gitanos, Cucafera, Tarasca o Gigantes y Enanos. Incluso en algunas plazas, como la de la Santa Faz, se representaban autos sacramentales. Igualmente, la participación de los “primocomulgantes” y las bandas de música, era algo habitual en las referidas procesiones, como sucede en la actualidad.
Recuperada en el tiempo la procesión del Corpus, nos encontramos que a mediados siglo XIX se quiso impulsar de nuevo esta festividad para recuperar el prestigio y la importancia de antaño, proponiendo el Ayuntamiento al presidente de la Asociación de Entidades Religiosas, la participación de las cofradías de Semana Santa (Verónica, Sepulcro, Cena, Sentencia, etc.) con algunas de sus imágenes, y a las distintas asociaciones religiosas de la ciudad (Santa Faz, San Antonio de Padua, San Roque, etc.) el concurso de sus “santos”, como los de Santa Rita, S. Pedro Mártir, Santa Isabel, San Agustín o San Benito..
La custodia con el Stmo. Sacramento era llevada por un religioso y cubierta por el Palio de Respeto, siendo llevado cada uno de sus varales por los miembros de la Adoración Nocturna, aunque algunos años eran portados por las máximas autoridades de la ciudad cerrando cortejo. Caminaban sobre un tapiz de hierbas olorosas recogidas de nuestras montañas. Las calles adornadas, con colgaduras en ventanas y balcones, y un itinerario, una carrera que, desde 1913 y hasta mediados del siglo XX, estaba recorrida por tropas de la guarnición. La comitiva iría parándose, como sucede en la actualidad, en los diversos altares que adornaban la llamada Carrera Oficial. Una vez detenidos se bailaban las distintas danzas que estos últimos años están siendo recuperadas.
El día de la festividad y procesión del Corpus, al menos hasta los años 30, era esperado por muchos alicantinos que identificaban esa fecha como el arranque del verano y el buen tiempo. El paseo de los Mártires (actual Explanada) se poblaba de mesas que, Cafés como el Suizo o el Central, instalaban para que la gente tomara el aigua cebà, sus clásicos mantecados –del “helado del Corpus” llegó a hablarse en la prensa alicantina de 1911- o las frescas horchatas junto al mar, al tiempo que varias bandas de música animaban las primeras verbenas nocturnas, tanto en el paseo, como en alguna que otra plaza alicantina.
Con el paso de los años también participará en la procesión del Corpus la Virgen del Remedio con unas vetustas andas, que serán sustituidas por otras donadas por el Marqués del Bosch para la procesión de 1908, pero que serían cambiadas por las actuales a principios de los 40. Un paso que, por cierto, era llevado por 4 sacerdotes alicantinos. No obstante, durante la convulsa década anterior, se suspenderá la tradicional procesión por las calles de la ciudad, limitándose clero y feligresía a celebrarla en los claustros de San Nicolás.
A partir de los 40 algunos años saldrían únicamente varones en la procesión, participando los habituales estandartes y banderas de asociaciones, congregaciones y entidades religiosas de la ciudad, las cruces de todas las parroquias, la corporación municipal bajo mazas o el pendón de más de 300 años de antigüedad de la ciudad recuperado en 1958 -que hacía años no salía- siendo llevado por el concejal más joven. La procesión finalizaba con un rezo y una salve en San Nicolás, y el disparo de fuegos artificiales. También y, como venía sucediendo a lo largo de los siglos, el Ayuntamiento patrocinaba todos los gastos inherentes a la procesión.
En 1954 se encargaría una carroza al valenciano Manuel Orrico, costeada por suscripción popular, para llevar la Custodia, aunque el palio seguiría participando en el cortejo procesional durante años. Perdido en el tiempo su uso y participación, en 1997 la Junta Mayor lo recuperó para mayor engrandecimiento del Corpus alicantino.
La nueva custodia del Santísimo, que fue elaborada por un orfebre madrileño en 2012, está confeccionada por toda suerte de joyas y adornos donados a la Parroquia y el Cabildo. Dicha custodia es llamada “de la Caridad”, porque los donantes de joyas, acompañaban la donación con una ayuda para los necesitados.
Los años 90 serán, sin duda, los años en los que Alicante comenzará a recuperar algunos elementos propios de la procesión del Corpus de los siglos XVI y XVII que habían desaparecido: colocación de altares, danzas, tapizado de las calles…se vuelven a engalanar calles y balcones
En 2011, se crea la nueva Mayordomía del Corpus Christi de Alicante, como ayuda al Cabildo Concatedral, que vendrá a promover y organizar los actos propios de esta antigua festividad alicantina, dándole un impulso definitivo que jamás debería haber perdido, y que entre otras cosas, ha recuperado el recorrido original de la procesión y la participación de los nanos i gegants, las danzas o la instalación de los altares , el adorno del recorrido, con momentos tan especiales como la parada frente a las Monjas de la Sangre que cantan al Santísimo a su paso por el Convento.
Autor: Rafael Sellers