Retablo de San Antonio de Padua

Retablo de San Antonio de Padua

  • Anónimo

  • Madera policromada

  • Año 1637

Esta capilla debió pertenecer al patronato del caballero Juan Musitelli y sus descendientes, ya que en ella se encontraba una lauda sepulcral, colocada en 1637, en la que aparece el escudo de armas de esta familia de origen italiano. Es posible que este fuera el motivo por el que el retablo que la ocupa se dedicara originalmente a los santos Juanes, por ser estos los patronos del fundador de la capilla.

Formalmente, el retablo presenta un esquema muy similar al que encontramos en la capilla de Ntro. Padre Jesús, lo que ha llevado a pensar que ambos fueron realizados por un mismo autor. Tiene un solo cuerpo, destinado a albergar una pintura, flanqueado por dos columnas de orden compuesto y fuste estriado, cuyo tercio inferior presenta una decoración a base de grutescos. En el banco del retablo encontramos un lienzo anónimo en el que se representa la Última Cena, mientras que el ático está rematado por una pintura, también anónima, en la que aparece san Carlos Borromeo contemplando a Cristo crucificado.

La imagen principal que hoy da titularidad a la capilla fue tallada por el escultor valenciano José Romero Tena, quién la realizó en torno al año 1909. La obra, de extraordinaria calidad y belleza, muestra al santo en pie, con la mirada dirigida al cielo, mientras sostiene entre sus brazos a Jesús niño. Todo está dirigido a dar protagonismo al divino infante que se encuentra vuelto hacia el espectador mientras que san Antonio se encuentra ensimismado mirando hacia lo alto. El modelado, el delicado tratamiento de las facciones y de la anatomía infantil y el colorido dan como resultado una obra de excepcional calidad, que se encuentra entre las obras más notables de toda la producción artística de su autor.