Ya en el siglo XIX esta capilla estaba dedicada a san Miguel, aunque la escultura del arcángel que ocupa el retablo en el presente no es la original de ese siglo. La imagen actual es una obra anónima realizada en un taller valenciano en los años posteriores a la Guerra civil española. En ella se sigue la iconografía tradicional asociada a san Miguel, mostrándolo derrotando al demonio, al que ha sometido bajo sus pies, en el momento en que va a asestarle un golpe con la espada que sostiene en su mano derecha.
En el banco y las calles laterales del retablo aparecen varios marcos vacíos que en origen estaban ocupados por una serie de pinturas dedicadas a San José, el ángel de la guarda y san Marcos evangelista, hoy desaparecidas. De la obra pictórica solo se conserva la Inmaculada que se encuentra situada en el ático del retablo, siendo una obra anónima fechable a finales del siglo XVII.
En esta capilla se colocó en 1661 la lauda sepulcral de Juan Agustino Ansaldo, alguacil mayor del Santo Oficio, que en la actualidad se encuentra situada en el claustro de la iglesia.