Cuando el rey don Alfonso conquistó en 1247 la medina Laqant y su alcazaba, existían aquí dos mezquitas, una intramuros, la Mayor, y otra fuera de la muralla, junto al cementerio y unas balsas para abluciones: la Mezquita Menor. Sobre los restos de esta última, unos veinte años después, se erigiría un templo consagradCo a San Nicolás de Bari.
La primera iglesia de San Nicolás ofrecía un aspecto muy distinto de la actual. Se trataba de una sencilla iglesia de estilo gótico mediterráneo, carente de su actual e inconfundible cúpula. La fábrica ocupaba la mitad del espacio que ocupa el actual conjunto de la Concatedral.

Xilografía de Martín de Viciana en el que
he destacado la Iglesia de San Nicolás.

 

   Llegado el siglo XVII, la entonces parroquia tenía unas dimensiones demasiado reducidas para las necesidades de la ciudad, por lo que se procedió a su reforma y ampliación, de la mano del discípulo de Juan de Herrera, Agustín Bernardino. El resultado de esta reforma fue la iglesia que conocemos en la actualidad.
  Del XVIII caben destacar varias cosas. Una, el bombardeo de los franceses en 1708, que como ya sabemos destruyó gran parte de los edificios de la ciudad, uno de ellos el antiguo Ayuntamiento. San Nicolás, pese a ser vilmente saqueada por las tropas galas, resistió las bombas sin problemas, incluso hubo un milagro, se dice, ya que una bomba entró dentro del templo, y quedó encajada en el tabernáculo sin explotar, evitando así la destrucción del interior.
  Por otra parte, en aquel siglo se construyó la maravillosa Capilla de la Comunión, si no la mejor una de las más notables obras de nuestro barroco local.
  Por último, el siglo XVIII nos dejó unas pintadas muy particulares en las fachadas de la Colegial.
San Nicolás de Bari

Desde entontes hasta nuestros días, la Iglesia de San Nicolás ha permanecido más o menos con la misma apariencia externa hasta nuestros días. La distribución interior sí que ha cambiado, sustituyendo el esquema clásico por el actual que todos conocemos.

Otro detalle es el entorno de la Iglesia. Hasta principios del siglo XIX, detrás estaba el Hospital de Alicante, que en 1850 era un solar a punto de ser edificado. Pero lo más importante es la plaza que hay en la puerta principal, la del Abad Penalva. No existía en el siglo XIX; la calle Labradores partía de ahí y estaba alineada con todo su trazado. Imagina la estrechez de las entradas de San Nicolás. Las primeras referencias documentales sobre la Plaza del Abad Penalva que encontramos en el Archivo Municipal son de 1906, por lo que entiendo que esta nueva alineación es ya del siglo XX.

Sé que me dejo muchas cosas en el tintero, como la pugna entre San Nicolás y Santa María por la Colegiata, pero las dejo para próximos artículos sobre nuestra Concatedral.

Pasamos, como siempre, al modelo 3D:
pulsa en las imágenes para ampliarlas.

Aspecto que ofrecía la primitiva parroquia de San Nicolás.
Imagen basada en la xilografía de Viciana.
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Interior de la Concatedral
(Trabajo realizado por Pedro más y publicado en http://alicante1850.blogspot.com)
By Published On: 11 enero, 2022Categories: ARQUITECTURATags: